8 de mayo de 2019

VENTANAS

(Poema confesional)

Altas columnas de humo vil desangran el techo de tu historia sagrada
Piedra milenaria, bosques y arbustos enlutados esperan y esperan
El rito de tu muerte ácida, más lenta y más negra que los jinetes grises
Que surcan los cerros de tu orgullo indio, soñando con zarpar al pasado
Desde Pucalán y Los Maquis hasta el océano primordial
Con la madrugada pura de los labradores
Cansados ancianos de los botes que beben un vino oceánico y fatal
Que rasguñan las laderas de la patria húmeda, del pueblo engañado
Por el político rastrero que jamás vio pájaros ni lluvia fuera de su 4x4
Que buscó el acuerdo en oficinas sucias vestido con camisa de once varas
Y corbata de suche amanecido, que no subió al escarnio de los temporales
En alta mar, con cien ángeles furiosos buscando los cuerpos silentes
De los pescadores
ni los atentados brillantes de las aves marinas
Botes hundidos en noches de lujuria natural
Botes varados en espera de la pesca usurpada
Por eso vengan a ver el tesoro podrido que promete el progreso
Las vacías palabras de unos cuantos fruncidos funcionarios
Los fuegos fatuos del despojo capitalista que roba el alma de las piedras
Vengan a acumular estiércol para las generaciones futuras
Y la visión del oro que se va a otros reinos dejando brisa mustia
Algas sin sonrisa en los dominios de la nutria
Anterior al llanto nativo tus fósiles convivían con la hiedra fiel
En la lluvia inmensa los niños esperaban el momento de la liebre
La consumación de la cena oceánica sobre leños encendidos
Y la libertad biológica de unos bosques laberínticos
La libertad orgánica del otoño y su gran libro de voces y hojas
La libertad de la roca horadada camino al norte
Donde se pierden las leyendas y se encuentran las almas mitológicas
Que un día te dejaron nadando bajo un cielo de estrellas fugaces
Y las caminatas fragantes de las niñas que cierran sus ojos
Frente al mar de los piratas que ultrajaron tu calma aborigen
Molusco aterido en los conchales sin nombre
Un día no estarán tus árboles allí, pero un niño universal sostendrá en su mano
La semilla de una guitarra de soles que canta la llegada de los botes
Cargados de esperanza y productos increíbles
Para las cocinerías embrujadas
Del futuro