Es una anécdota temblorosa aquella en que explota una arteria del fondo onomatopéyico de la vida. De cualquier vida, bajo el signo de la prohibición de todos los lenguajes.
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Nada vil puede acercarse a tu mañana. Nada incongruente con tu verdad puede alterar tu nido espontáneo. El futuro traerá sin duda las medusas necesarias y tú, ataviada como la diosa íntima de los continentes lanzarás los libros esteparios a la hoguera y los bendecirás.
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El rostro expropiado a la madrugada se desvanece a medida que la noche hace su entrada pavoneándose como un gordo fakir que escupe estalactitas
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devuelves tu femineidad a la naturaleza
siempre
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Nada vil puede acercarse a tu mañana. Nada incongruente con tu verdad puede alterar tu nido espontáneo. El futuro traerá sin duda las medusas necesarias y tú, ataviada como la diosa íntima de los continentes lanzarás los libros esteparios a la hoguera y los bendecirás.
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El rostro expropiado a la madrugada se desvanece a medida que la noche hace su entrada pavoneándose como un gordo fakir que escupe estalactitas
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devuelves tu femineidad a la naturaleza
siempre
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