25 de agosto de 2015

Hay que ver lo que dios piensa cuando me lamo los cometas

Hace un rato estar entre quieta nieve no abría los brazos del piano
Sacar la toalla hedionda al patio como se saca un trozo de carne
Los bufetes no se advierten a lo lejos; solo se ve un cúmulo de mierda
Y los espejos de los autos tienen migraña
Los cordones industriales percutidos

El sol es una migraña
A quien le importa con su chaleco de lana
Y su fiero sentimiento de inferioridad
La guitarra acompaña desde un rincón
Todo es previsible
La noche se pervierte
Ya no es lo mismo andar ebrio

No embriagar, no acceder a esos mágicos caminos
Que llevan a otros oscuros senderos
No levantar el universo como si fuera una caja de vino
Escribir mejor, morir de aburrimiento, esperar
O componer una sinfonía pretenciosa
Que asquee a los hombres de buena voluntad

Atrapado en un casamiento me dedico a beber
Y a  pensar cosas demasiado absurdas como para compartirlas
Con gente que padece de dinero, de brutalidad

De baile